El diario británico “The Telegraph” ha publicado recientemente una lista con las ciudades españolas más subestimadas por el público extranjero porque se desconoce realmente su valor. En ese listado figura Salamanca, sin embargo, el propio periódico británico es consciente del valioso patrimonio arquitectónico de esta ciudad y de su riqueza cultural, encabezada por la Universidad de Salamanca, la más antigua de las que existen en la actualidad en este país, y se refiere a la ciudad como la “Oxford española”.
La Plaza Mayor, el edificio de la Universidad, la Casa-Museo Unamuno, la iglesia de la Clerecía, la Casa de las Conchas, la iglesia de San Esteban, el Puente Romano y la Casa Lis son algunos de los atractivos arquitectónicos que atesora Salamanca. Sin embargo, también debemos poner en valor esta ciudad por haberse convertido en un referente para la industria tecnológica gracias al “tirón” de los centros enfocados hacia la tecnología y la configuración de un tejido empresarial en torno a los desarrollos obtenidos por los investigadores de la Universidad y sus grupos de investigación, así como de las diversas empresas enfocadas a la tecnología.
Este polo tecnológico es el que está detrás de Salamanca Tech. El Ayuntamiento de Salamanca y la Universidad lideran esta iniciativa a través del AIR Institute para consolidar a la ciudad como referente tecnológico y de innovación del suroeste de Europa en torno a un modelo basado en el conocimiento, la industria biosanitaria y la economía verde. La iniciativa ya ha reunido en la ciudad a expertos de la industria aeronáutica, de la computación cuántica, las finanzas o el sector primario, entre otros ámbitos.
Salamanca está experimentando una nueva industrialización que se asienta sobre una red de infraestructuras especializadas en la transferencia de I+D al sector productivo. Esta estrategia tiene como objetivo impulsar el desarrollo de nuevas empresas, atraer hasta Salamanca a grandes compañías nacionales e internacionales y con capacidad para mejorar la competitividad de las ya existentes y abrir puertas a nuevos sectores dentro de los mercados emergentes. Precisamente, la semana pasada el Ayuntamiento anunció la aprobación de la propuesta para autorizar la compra por la Entidad Pública Empresarial de las parcelas propiedad de Mercasalamanca con la finalidad de impulsar y promover en nuestra ciudad el desarrollo de un amplio espacio urbano donde puedan desplegar su actividad empresas, emprendedores y entidades vinculadas a la investigación, la innovación y las nuevas tecnologías.
Una noticia muy buena para el futuro de la ciudad como polo tecnológico que se suma a las celebradas el pasado año, como la puesta en marcha del Centro de Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial, donde se ubica el AIR Institute, que ya cuenta con un centenar de puestos de trabajo.
Los proyectos tecnológicos de Salamanca no terminan aquí. Destaca también la construcción de una incubadora para empresas biosanitarias en el futuro Campus Agroambiental de la Universidad, en la zona de La Platina; y el Centro de Formación y Emprendimiento TORMES+, donde se está aplicando la inteligencia artificial en diversos cursos de formación profesional. Además, se sumará un Centro de Alto Rendimiento de Producción Digital.
Y no podemos olvidarnos de los numerosos centros e institutos universitarios que tienen como pilar fundamental la tecnología combinada con otros ámbitos de la investigación. El Instituto de Neurociencias, el Centro de Investigación del Cáncer, el Instituto de Biología Funcional y Genómica, el Instituto Biosanitario de Salamanca, el Centro de Láseres Pulsados e incluso el Centro Internacional del Español son espacios universitarios, en algunos casos de carácter mixto, en los que se intenta avanzar en diferentes ámbitos científicos ayudados de la tecnología.
En esa labor tienen mucho que decir grupos de investigación como BISITE. Situarse en la frontera del conocimiento y transferir esas investigaciones al mundo empresarial y a la sociedad en general es lo que persigue con sus desarrollos este equipo de investigadores.
Además, el perfil tecnológico de la ciudad se extiende a la provincia. Muestra de ello es el Parque Científico de la Universidad de Salamanca, situado en Villamayor, que alberga a empresas que están impulsando sectores como el de la animación 3D, el biotecnológico, el de la industria láser o la IA. Y en breve la Universidad de Salamanca también contará, de la mano del AIR Institute, con un campus de emprendimiento ligado a las nuevas tecnologías ubicado en Santa Marta.
No podemos olvidarnos tampoco del papel del EDIH DIGIS3 en ese proceso de digitalización y del IoT Digital Innovation Hub.
Somos una ciudad tecnológica y es el momento de demostrar ese potencial para que pronto nos reconozcan en el mundo entero por nuestro patrimonio y valor cultural, pero también por ser un referente en tecnología.
Podéis ahondar más en este tema a través de WDiarium.
