Las ciudades inteligentes nos proporcionan seguridad, protección y confort. Una buena gestión, nos podría permitir compartir el coste de muchos servicios, mayores cuotas de seguridad, etc. Este tipo de ventajas se pueden conseguir a nivel de edificio, de agrupación de usuarios, de barrios o de ciudades. Son muchas las ciudades que están adaptándose a este paradigma, que está comenzando a ser una exigencia social, especialmente en un contexto como el actual, en el que la seguridad es un elemento crítico y en el que economía se está deteriorando.
En todo el mundo se están construyendo muchas ciudades inteligentes desde cero, utilizando tecnología segura para procurar estos beneficios, es el caso del distrito de Msheireb en Doha. Sin embargo, la mayor parte de las ciudades que son o quieren progresar hacia el modelo de ciudad inteligente están integrando diferentes tecnologías a nivel de sensorización, IoT, gestión de datos, etc. y esto hace que cada vez sean más vulnerables a las nuevas amenazas. Cuando conectas todo a Internet dejas muchas puertas y siempre corres el riesgo de dejar alguna abierta o mal cerrada.
Hemos visto los efectos de los ciberataques en la industria conectada, en la industria 4.0, pero también hemos visto cómo ataques a numerosas ciudades. El año pasado, fuimos testigos de un gran número de ataques informáticos contra ciudades, pueblos y organizaciones gubernamentales. En Augusta, Estados Unidos, se produjo un ciberataque que congeló su red y obligó a cerrar el centro de la ciudad, los hackers robaron rescate de medio millón de dólares de la ciudad de Tallahassee, Florida, y otro ataque bloqueó el portal web del estado de Luisiana y varios servicios gubernamentales online.
Necesitamos asegurarnos de que las infraestructuras controladas en las ciudades inteligentes no sean vulnerables a los ciberataques, que sus ciudadanos se sientan seguros mientras estén conectados a la red, y que todos los dispositivos conectados en una ciudad estén protegidos. Para ello se están desarrollando tecnologías que permiten garantizar una buena gestión de infraestructuras, críticas o no, al mismo tiempo que las protegen. Por ejemplo, en España, la empresa que ha creado un sistema de gestión de ciudades inteligentes deepint.net está a punto de sacar al mercado otro similar que monitoriza las redes, protegiendo las infraestructuras de forma transparente para el usuario.
Este artículo ha sido publicado por el suplemento Innovadores del diario El Mundo.