Os comparto un artículo publicado hace días en el diario El Mundo, en el cual hablo sobre los avances en la I+D.
La I+D es uno de los ejes en torno al que desarrollan su actividad las universidades y centros de investigación. Hace unos años trabajaba con mis estudiantes de doctorado en un binomio que era casi impenetrable, sólo ambos sabíamos lo que hacíamos y solamente publicábamos aquello que queríamos que se supiera, midiendo los tiempos y las formas. Esto ha cambiado de forma radical, ahora, en nuestro laboratorio todos sabemos lo que hacen los demás, es más, propiciamos la investigación abierta con seminarios en los que discutimos sobre nuestros proyectos, nuestras dudas y a los que invitamos a investigadores de otros grupos.
Estamos rompiendo la tendencia histórica de encapsular la I+D, y cada vez son más los que abren sus laboratorios a otros grupos de investigación para compartir proyectos y avanzar a mayor velocidad y con más solidez en sus investigaciones. Esto sucede también en el mundo de las empresas. Estos procesos están adquiriendo una dimensión internacional impulsada por los sistemas de financiación supraestatales.
Competir en esta liga implica compartir el conocimiento con los mejores, trabajar con las mejores infraestructuras y además en los tiempos adecuados. Por ello cada vez son más necesarios los espacios en los que las universidades, las empresas, los emprendedores, las administraciones coexisten, comparten información y se ayudan. Las multinacionales quieren estar cerca de los emprendedores, de las empresas recién creadas, quieren colaborar en la aceleración de empresas y trabajar de forma colaborativa. La tracción de las grandes empresas es un elemento fundamental para muchos emprendedores y se imponen los enclaves de innovación e investigación abierta. Estamos ante un hecho ya consolidado y ante una gran oportunidad para nosotros, en especial en algunos ámbitos, nunca la tecnología habíamos necesitado tanto colaborar.
Es una tendencia en alza y afecta a todas las organizaciones, tanto públicas como privadas. El próximo programa marco de financiación europea propiciará el desarrollo de proyectos colaborativos, de estructuras de trabajo conjunto (hubs de innovación) en los que tecnología, humanidades, ciencias sociales, etc. podrán desarrollar iniciativas que cambien el mundo en la dirección adecuada. Nosotros tenemos que estar ahí, para generar los servicios y productos que la sociedad demanda: más sostenibles y humanizados. La innovación abierta ya no es solo una posibilidad, se está convirtiendo en una necesidad.
Publicación en El Mundo