En el marco competitivo de las universidades españolas, la crisis, además de hacernos mucho daño a todos, nos ha obligado a buscar nuevos cauces de financiación para su sostenimiento y mejora.
La Universidad de Salamanca, en estos últimos años, ha encontrado recursos para financiar la investigación más allá de los circuitos habituales -el autonómico y el nacional-, y ha accedido con mayor frecuencia a convocatorias de proyectos de nivel europeo e internacional. Con este esfuerzo colectivo, hemos podido recuperar ya el nivel de recursos obtenidos en el año 2009, y lo hacemos con una trayectoria decididamente ascendente.
Del mismo modo con que una persona que sale al extranjero, superados los temores iniciales, toma experiencia para repetir en otras ocasiones, la Universidad de Salamanca tiene sobrada madurez para ampliar sus miras en el exterior más allá de las zonas tradicionales como Europa e Iberoamérica, y ampliar su influencia a otras zonas geográficas como Norteamérica, Asia, Oriente Medio o el Norte de África.
Nuestras relaciones consolidadas, junto con los contactos que desarrollamos de forma continua gracias a los proyectos internacionales docentes y de investigación en los que participamos, son elementos clave para potenciar nuestro nivel de internacionalización en muchas de nuestras áreas de conocimiento.
Ser una universidad de referencia en el ámbito del Español nos aporta un gran potencial, y es algo que necesariamente tenemos que seguir apoyando con todos los recursos que sean necesarios. No podemos olvidar que la Universidad de Salamanca ha sido capaz de impulsar un modelo universitario en todo un continente, y mantener relaciones históricas con cientos de instituciones de formación e investigación. Por ello, debemos seguir estimulando nuestras capacidades de desarrollo no solo en el ámbito de la formación del Español, sino también en el de las filologías y la formación en lenguas extranjeras.
Sería necesario revisar e impulsar una estrategia más definida donde cada una de las estructuras creadas tenga su función pero, sobre todo, trabajen de forma coordinada entre sí. Sería interesante dar autonomía a los centros a la hora de establecer y crear redes internacionales, con el apoyo del Rectorado, pero con presupuestos concretos para actividades que ayuden a generar sinergias tanto a nivel docente como investigador. Sería oportuno, además, facilitar y aumentar el intercambio de estudiantes a nivel de Grado, Posgrado y Doctorado, así como de personal docente, investigador y PAS.
Fortalecer, en definitiva, las relaciones internacionales que ya tenemos, abriendo nuevos horizontes, con un decidido respaldo a los programas de movilidad y sabáticos, promoviendo la figura del profesor visitante y apoyando la atracción de talento internacional.
La Universidad de Salamanca debe hacerse aún más visible en el mundo y, con ello, llevar el nombre de su Estudio pero también el de la ciudad, la provincia, el distrito universitario, subrayando los valores de todas sus sedes, Ávila, Béjar y Zamora, como señas de identidad que le otorgan aún más valor y reconocimiento tras un recorrido académico de ochocientos años de historia.