La Facultad de Filosofía celebra un congreso en torno a la figura del filósofo.
La Universidad de Salamanca acoge el IV Encuentro Internacional de la Historia del Pensamiento en torno a Francisco Suárez (1548-1617), el exponente del universitario inquieto y trabajador, que puso su carrera al servicio del conocimiento y del proyecto común al que entregó sus mejores trabajos. Su espíritu de superación y su afán por seguir creciendo le hizo viajar, conocer distintas universidades y países, en un ciclo de aprendizaje no tan distinto al de los docentes e investigadores de hoy en día. Cultivó esa visión holística que busca conectar el conocimiento a través de una perspectiva integral, aunando distintas disciplinas. Y fue capaz de hacerlo en el ocaso de la escolástica renacentista de la que provenía.
Suárez publicó numerosas obras en varios idiomas, se relacionó con otros filósofos y pensadores, y trabajó siempre con una visión global, capaz de enfrentarse a problemas estructurales, para cuya resolución se valió del conocimiento de la época. Por eso, rememorar su figura es recordar también a los que nos han precedido. A los que contribuyeron a construir la Universidad de Salamanca que nosotros disfrutamos, y que tenemos el deber de mejorar y engrandecer.
Recuperar su memoria es un acto de justicia y de agradecimiento. Pero también es un mensaje sobre los valores que sustentaron su vida académica: el trabajo, la constancia, la universalidad, el valor del conocimiento, el esfuerzo por engrandecerlo y hacerlo accesible a otros. La búsqueda de la verdad. Cuatrocientos años después, son conceptos con los que seguimos construyendo el presente y proyectando el futuro. Ahora es el momento de seguir avanzando, también en el análisis de su obra.
Por eso quiero expresar mi reconocimiento a quienes han organizado este congreso y a quienes trabajan en el estudio de su figura desde la Filosofía, el Derecho, la Antropología y el resto de disciplinas.
Desde esta Universidad de Salamanca en la que fue profesor y maestro, y con la vista puesta en el mundo, parece razonable terminar recordando la figura de Francisco Suárez citando a un clásico como Demócrito, cuando dijo que: “Toda la tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma elevada es el universo.”
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