La Universidad de Salamanca, quinta en transferencia de conocimiento

Investigar en la Universidad de Salamanca: De Juego de Tronos a CSI

La Universidad de Salamanca ocupa el quinto lugar de España en valorizar el fruto de sus investigaciones, lo que se conoce como transferencia de conocimiento.

El dato tiene su origen en el Ranking de Universidades de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CyD). Desde hace tres años esta fundación elabora un análisis exhaustivo del sistema universitario con el que confecciona esta clasificación, en la que se analiza la actividad de universidades públicas y privadas.

La Universidad de Salamanca participa junto con otras 63 en este ranking, aportando la información oficial necesaria para su elaboración. Los técnicos de la Fundación CyD agrupan los datos en torno a cinco grandes áreas: Enseñanza y aprendizaje; Investigación; Transferencia de conocimiento; Orientación internacional y Contribución al desarrollo regional.

En el ranking correspondiente a 2015, presentado el lunes, la Universidad de Salamanca aparece en quinto lugar en el apartado de transferencia de conocimiento. Para obtener esa clasificación se tienen en cuenta ocho indicadores, entre ellos los recursos externos obtenidos, las patentes concedidas, los ingresos por licencias, las empresas spin off creadas y los ingresos generados. Solo las universidades politécnicas de Madrid y Valencia, Mondragón y la Autónoma de Barcelona presentan mejores indicadores que la nuestra.

Es una muy buena noticia que acredita la solidez de los procesos de transferencia de conocimiento que se llevan a cabo en nuestra universidad, y que confirma el proceso de crecimiento de nuestro sistema de I+D, como puede comprobarse analizando los datos de los últimos años.

Desde 2013 hemos pasado de 373 proyectos de investigación a 399 (incremento del 7%), registrado 15 patentes nacionales y 7 europeas y superado con creces los 500 contratos de I+D con empresas e instituciones, contribuyendo a la creación de 43 nuevas empresas.

Como cabría esperar, esa actividad redunda en la creación directa e indirecta de empleo, cuyo mejor exponente es el Parque Científico, en el que ya trabajan unas 800 personas.

Todos esos datos sorprenden a quienes, quizás desde el desconocimiento, mantienen que las universidades, incluyendo la nuestra, viven de espaldas a la sociedad. Es una vieja acusación, que se visualizaba en la imagen de la torre de marfil en la que habitaban los universitarios, a la que la realidad ha terminado convirtiendo en un decorado digno de “Juego de Tronos” o de la salmantina “Still Star Crossed”.

Nuestro sistema de investigación y transferencia se asienta en la labor y la excelencia de los científicos que trabajan en nuestras facultades, escuelas y centros de investigación. También contribuyen a este éxito los departamentos administrativos involucrados en la gestión y justificación, siempre compleja, de los proyectos. Y el conjunto se refuerza con la incorporación de las empresas que se incorporan a nuestro parque, y que ya son más de medio centenar.

Y todo eso ¿para qué? Pues para crear nuevas vacunas, terapias contra enfermedades mentales, aplicaciones para dispositivos móviles, instrumentación biosanitaria, sistemas de mejora genética del ganado y de los cultivos. También para disponer de software con el que controlar procesos de producción, traducir de manera automática textos, diseñar artefactos como drones o impresoras 3D, y desarrollar sistemas energéticos más eficientes para empresas y hogares. Por ejemplo.

Perfecto. Hemos obtenido un reconocimiento muy importante a través del ranking de la Fundación CyD ¿Seremos capaces de mejorar? La respuesta es sí. Pero para ello es necesario que nuestros grupos de investigación cuenten con los medios adecuados. Ya tenemos éxito en las convocatorias competitivas a las que nos presentamos (en Europa y Sudamerica principalmente, donde nos disputamos los fondos con investigadores de más de 20 países europeos, participamos en 53 proyectos cuyo presupuesto supera los 10 millones de euros).

Nos hace falta un apoyo más directo y sostenido de las administraciones públicas para contar con más y mejores infraestructuras y recursos, desde el ya casi listo láser de petavatio a los programas de becas para investigadores en formación. Sin ir más lejos, algunos de nuestros mejores investigadores jóvenes están fuera de Salamanca ¿Seremos capaces de darles la oportunidad de regresar para contribuir al desarrollo de nuestra universidad?

Sin perder nuestros atributos ni el legado de los 800 años de historia, estamos protagonizando un impulso de modernización de la Universidad de Salamanca nunca visto. Volviendo al símil con las series de televisión, podríamos decir que ahora estamos más cerca de cualquiera de las variantes de CSI”, con sus laboratorios punteros y sus investigadores altamente cualificados,  que a  las intrigas palaciegas de “Juego de Tronos.

Y aunque esto no es ficción, no se pierdan el próximo capítulo.

Reportaje publicado en La Gaceta de Salamanca el domingo 15 de mayo 2016.

La Universidad de Salamanca, quinta en transferencia de conocimiento

 

Investigar en la Universidad de Salamanca

 

 


Juan Manuel Corchado

Catedrático, Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, Departamento de Informática y Automática de la Universidad de Salamanca.


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